PLAZA DEL AYUNTAMIENTO

La Plaza del Ayuntamiento de Valencia es uno de los espacios más emblemáticos y vibrantes de la ciudad. Con su imponente edificio consistorial, fuentes ornamentales y ambiente siempre animado, este lugar es el corazón administrativo, cultural y festivo de Valencia. Pero más allá de su arquitectura y su relevancia histórica, hay un elemento que, desde hace más de un siglo, aporta color, fragancia y tradición a la plaza: los puestos de flores, una estampa viva que resiste al paso del tiempo.

Origen e historia

Los puestos de flores de la Plaza del Ayuntamiento tienen sus raíces en el siglo XIX, cuando la burguesía valenciana impulsó la costumbre de adornar balcones y viviendas con plantas y flores. Con el tiempo, estos pequeños comercios se instalaron de manera permanente en la plaza, convirtiéndose en un símbolo de la ciudad. Aunque su número ha variado a lo largo de las décadas, hoy en día alrededor de una docena de puestos mantienen viva esta tradición, heredada de generación en generación por familias dedicadas al arte floral.

Un espectáculo de color y aroma

Caminar entre estos puestos es una experiencia para los sentidos. Desde claveles y rosas hasta plantas típicas de la huerta valenciana, como el jazmín o la albahaca, cada puesto despliega una explosión de colores y aromas que cambian con las estaciones. En primavera, destacan las flores de temporada como los geranios o las petunias; en otoño e invierno, los crisantemos y las poinsettias (flores de Pascua) toman el protagonismo. Además, muchos de estos puestos venden también «mocadorà» de Sant Donís, los dulces de mazapán envueltos en pañuelos que son típicos del 9 d’Octubre, Día de la Comunidad Valenciana.

Más que flores: tradición y resistencia

Estos puestos no son solo comercios; son guardianes de la memoria colectiva de Valencia. Han sobrevivido a cambios urbanísticos, crisis económicas y transformaciones sociales, manteniendo su esencia a pesar de la modernización de la ciudad. Su presencia evoca tiempos pasados, cuando la plaza era un punto de encuentro para los valencianos que acudían a comprar flores para adornar sus hogares o llevar a los cementerios en festividades como el Día de Todos los Santos.

Hoy, aunque la plaza es escenario de eventos multitudinarios —como las Mascletàs de Fallas o el mercado navideño—, los puestos de flores siguen siendo un rincón de autenticidad. Incluso con la competencia de las grandes floristerías y supermercados, estos comercios familiares conservan su encanto gracias al trato cercano y la calidad de sus productos.

Un patrimonio vivo

En una época dominada por lo efímero y lo globalizado, los puestos de flores de la Plaza del Ayuntamiento son un recordatorio de que algunas tradiciones merecen perdurar. No solo venden flores; ofrecen pedazos de Valencia en forma de pétalos, raíces que se hunden en la tierra de la historia y ramas que se extienden hacia el futuro.

Pasear entre ellos, elegir un ramo o simplemente admirar su belleza es conectar con una Valencia que, aunque ha cambiado mucho, sigue floreciendo año tras año.

-Tamaño: 297×210 mm.
-Impresión digital sobre papel verjurado de 300 gr.

 

9,95  IVA incluido

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